27.5.07



¿Dónde estás ahora que no estás?

¿Dónde estás, de este increíble mundo, dónde?

¿Dónde estás?

¿Dónde?

¿Dónde estás hoy, que aprendí a mirar lo que llevas detrás de los ojos?

¿Dónde estás, hoy que parece tarde, hoy que nunca será tarde?

¿Dónde?

4 comments:

Anonymous said...

Demasiadas preguntas a posteriori... cuando la voluntad no estuvo ahí desde el principio. Demasiada lastimera nostalgia, cuando a la hora buena falla el compromiso...
Demasiado creer en credulandia, cuando de creer estamos cansados; cuando creer es sólo una traza artificial a un futuro incierto; cuando creer no sería necesario si estuviéramos sólo aquí, en el presente, entregados...

pablocollada said...

¿Quien eres, anónimo? ¿Acaso es tan terrible tu identidad que te impide darle nombre a lo que piensas?

Creo en la nostalgia, lastimera o no, cuando habla de decisiones que quisieramos volver a encausar en el justo presente.

Creo en la capacidad de creer como una herramienta para entender que lo que hacemos hoy forma parte de algo.

Creo en la entrega, sin duda, pero más aún en aquello que la mueve. Los animales sólo estan aquí, entregados. Los humanos -aunque a veces somos más animales- tenemos esa curiosa capacidad de ser conscientes de nuestra entrega, de sus implicaciones y de lo que vale. Eso la fortalece. Esa creencia la fortalece sin dispersarla.

Creer es necesario, Anónimo, creer para crear. Lo defiendo.

Anonymous said...

¿Por qué urge tanto el nombre?

Si creyeras, evitarías caer en la trampa de Tomás, el evangélico incrédulo, que necesita meter sus manos en el costado para verificar la corporeidad del que a creer lo convoca...

No lo revelo además, porque la creación se alimenta del misterio, del juego... ¿No es ese en parte uno de los atractivos de la red?

Dos reflexiones:

1. No se tiene necesidad de creer, de esperar algo, cuando se está en el presente. ¿No es esa una apiración budista?

2. El reclamo es una de las formas de la esperanza... ¿No es esa una característica humana?

pablocollada said...

No, querido anónimo, no es curiosidad por el nombre, es sólo que siempre da gusto saber lo que lleva quien sólo entrega sus palabras. Pero en fin, que la red nos brinde más aristas para jugar...

De cualquier forma, me enfoco a tus reflexiones:

1. Sin ser un experto en budismo creo que no es particularmente acertada tu visión. Una cosa es creer y otra distinta es esperar algo. La primera, nos ayuda a tener confianza en nuestra capacidad para recorrer el camino que nos acerque a la iluminación y purificación, sabiendo que sólo con una plena conciencia del presente es posible avanzar. La segunda, sin embargo, genera una añoranza de un momento que no es el presente. Esperar algo es ubicar en otro momento la expectativa de que algo suceda y en cierto sentido no entregarse a la tarea de hacerlo suceder con la presencia. Creer para el presente, esperar para el futuro. Crees lo que hay, aunque no lo veas. Esperas lo que no tienes, aunque no haga falta. Creamos, pues. Esa sería tal vez la idea.

2. Reclamo como forma de esperanza... puede ser, aunque hay muchas formas de reclamar. Una que tiene el caracter de lo perdido que merece una queja y otra que reclama con la querella de nuevas formas. En ella es donde reside la esperanza, justo donde reclamamos para transformarnos en lo que creemos que será mejor. Pero para todo caso, ¿a qué te refieres con característica humana?